La vulnerabilidad
es un concepto complejo que abarca diferentes componentes, los cuales se
manifiestan de forma diferente en cada persona. Siguiendo a autores como
Chambers (1989), Cannon (1994), y Blaikie et al. (1994), vamos a ver que tales
componentes integran las dos dimensiones con que cuenta la vulnerabilidad: el riesgo
y la falta de capacidades. El primero de los factores que explicaremos,
la exposición física a las catástrofes, lo que hace es generar riesgo a
verse afectado por éstas, es decir, inseguridad. Todos los demás factores
implican una falta de capacidades que dificulta el acceso a los
recursos, los servicios públicos o la ayuda.
Exposición física al riesgo de catástrofe
El riesgo a
verse atrapado como víctima de una catástrofe depende, por ejemplo, de cuál sea
la zona de residencia (zonas propensas a la sequía, laderas de montañas con
riesgo de avenidas de agua o corrimientos de tierras, etc.), las condiciones
medioambientales del lugar (la degradación del suelo o la deforestación pueden
reducir los ingresos rurales), sus características climáticas, la calidad de
construcción de las casas, etc.
Normalmente,
los sectores más desfavorecidos son los que se ven abocados a una mayor
exposición al riesgo. Así, por ejemplo, en la llanura del Ganges, al norte de
la India, las castas pobres y los intocables viven sobre todo en los suburbios,
situados en zonas bajas propensas a las inundaciones. En muchos países, algunos
de los grupos más expuestos lo son tras haber sido desplazados a tierras
marginales por la presión política y económica, la colonización o la
implementación de proyectos de desarrollo (agricultura comercial, grandes
presas, etc.).
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